lunes, 23 de julio de 2012

MADRID SE REBELA CONTRA LOS RECORTES DEL PP


La llegada de la marcha negra a Madrid el día 11 de julio marcó el fin de una etapa de la lucha minera, pero coincidiendo perfectamente en espacio y tiempo, estalló otra oleada de protestas. Las medidas brutales anunciadas en el congreso por Mariano Rajoy, y aplaudidas desde las butacas del PP, provocaron una serie movilizaciones inesperadas y poco comunes en estas fechas.
De hecho, mientras la policía dispersó violentamente la manifestación minera, mucha gente fue directamente desde el Ministerio de Industria, huyendo las pelotas de goma y porras de los anti-disturbios, a las protestas espontaneas lanzadas por sectores del funcionariado. Desde entonces Madrid ha sido el escenario de varias protestas diarias. Se han visto concentraciones, manifestaciones, sentadas, cortes de calles y pitadas y abucheos a políticos, convocadas a través de las redes sociales pero organizadas por trabajadoras y trabajadores de distintos centros de trabajo del sector público. Si sumamos a esto el encierro en el Hospital Ramón y Cajal del día13 de julio, organizado por la nueva Coordinadora de Hospitales y Centros Sanitarios, parece que el ambiente está cambiando radicalmente. Además, está convocada ya a nivel de Madrid una huelga indefinida en la enseñanza pública desde el 17 septiembre, mientras CCOO y UGT hablan de otra huelga general el mismo mes.
La alta concentración de funcionariado en Madrid, como cualquier capital, habrá sido un factor en hacer las protestas más llamativas en Madrid que otros lugares del Estado. Otro factor es la naturaleza del gobierno de Esperanza Aguirre, la cual significa una degradación de los servicios públicos madrileños más grave que en otras partes. Si hablamos de sueldos del sector público, además de la reducción de entre un 5% y 7 % a manos de Zapatero en 2010, y la quita de la paga de Navidad (que supone otro 7%) hay que añadir la rebaja de un 3,5% que anunció Aguirre en junio para el sector público. Con la subida del IVA estamos hablando de una reducción salarial bestial de alrededor de un 20% en dos años.
Pero también, vemos otra vez como la lucha es contagiosa. Hace un año vimos como el movimiento 15M influyó mucho en las huelgas en la enseñanza pública. A su vez, la combatividad de ese sector se está extendiendo a otros sectores públicos. Y por supuesto las movilizaciones entorno a la llegada de la marcha negra habían calentado el ambiente antes del último tijeretazo de Rajoy. En este sentido, cualquier lucha tiene su importancia aunque en el momento pueda parecer que no lo tiene.
Ahora toca mantener la dinámica de estos días y presionar para que en septiembre los sindicatos mayoritarios asuman su responsibilidad y convoquen, no solamente otra huelga general, sino una campaña de huelgas y movilizaciones contundente y sostenida. Cabe mencionar que estos recortes no consiguen la citada reducción “necesaria” del defecit de 65 mil millones de euros. Solo llega a “ahorrar” unos 50 mil millones, lo que significa que si no paramos los pies a Rajoy, dentro de poco vendrá a por más. Este gobierno, lo tenemos que tumbar.

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